La satisfacción y retención de los empleados es una de las primordiales preocupaciones de CEOs y departamentos de Recursos Humanos actualmente. Saben bien que un entorno laboral entretenido, con una cultura que fomente el sentimiento de pertenencia y el compromiso con la labor es una fuerte ventaja a nivel competitivo.
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Los tiempos cambian, y las sociedades y sus necesidades también.
Como la nueva Era del Conocimiento implica que las compañías sean aproximadamente competitivas conforme la administración del capital intelectual, un componente vital de este activo intangible es el tiempo organizacional; el fruto de la relación de la compañía con sus empleados en el cada día, las administración de las reglas internas, la comunicación interna, la formación conforme necesidades, la remuneración por desempeño y las ventajas y todas y cada una de las acciones y procesos que afecten el entorno de trabajo, entre otras muchas.
Los especialistas Litwin y Stinger proponen 9 dimensiones que conforman el tiempo organizacional son: estructura, responsabilidad, recompensa, reto, relaciones, colaboración, estándares, enfrentamientos y también identidad. Estructura debe ver con que la estructura organizacional determina las relaciones en la compañía, la responsabilidad de la compañía cara los empleados y a la inversa, las remuneraciones y recompensas, el reto que plantea el puesto, estándares a los que se quiere llegar (de capacitación, etcétera) qué género de enfrentamientos se producen y de qué forma se administran y la identidad de la empresa; de qué manera se edifica y de qué manera es percibida por los empleados.
Conforme la RAE, percepción es la “sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos”, con lo que cada uno de ellos de los aspectos ya antes citados son internalizados y percibidos por los empleados en forma diferente a lo que espera la compañía.
Alexis Goncalvez, Miembro Honorario de la Sociedad Sudamericana para la Calidad (SLC) y Vice Presidente para América Latina de Administración de la Calidad del Citibank, es uno de los primordiales referentes en este sentido, y asevera que el término de percepción es clave para entender la relevancia del Tiempo Organizacional.
La revolución de la producción en masa abrió un camino cultural, que dejaba a los obreros acceder con su salario a ese producto que habían terminado y el sistema económico se retroalimentaba en parte merced a esta “doble participación” del trabjador en el mercado.
En ese entonces el obrero era una pieza más en una línea de producción y en el consumo. El día de hoy es un individuo productor de valor agregado para la compañía y que produce capital social en la sociedad. Es entonces la medición del tiempo organizacional, la herramienta indicada para examinar cuál es la percepción del empleado en torno a la compañía y a su desempeño en el mercado. La medición del tiempo laboral, (prácticamente siempre y en toda circunstancia por medio de encuenstas directas) es el medio que deja trabajar en pro de un tiempo organizacional inmejorable.
Cambios en la era de la información
En la Era de Información, en la que todo término, investigación, y cambio llega al tiempo a directivos y trabajadores, una administración responsable del capital humano ha de estar necesariamente centrada en la gente.
El tiempo organizacional nos deja conocer si la idiosincrasia y las prácticas de la compañía tienen una percepción positiva o bien negativa en los empleados, si se consideran a sí mismos como espectadores apáticos o bien parte activa de los procesos organizacionales. Estas ideas, los trabajadores acostumbran a enlazarlas con perspectivas y anhelos propios, que son realmente difíciles de conocer para la alta dirección si no es por medio de una interpelación directa. Otra información de relvancia que puede surgir, es la visión sobre la manera en que se plantea la relación estructural (verticalista o bien más horizontal) la opinión sobre su puesto con relación a las labores, la autonomía que se le asigna y su compromiso con los retos que le plantea el puesto.
La conveniente generación de una cultura interna positiva para los empleados es esencial en la busca de un tiempo organizacional donde los enfrentamientos internos apenas tienen sitio, el compromiso con la organización es enorme y la compañía es vista como un empleador señalado entre sus contendientes .
Y nada de esto puede estar desvinculado de la noción de liderazgo. Un buen tiempo laboral depende siempre y en todo momento de líderes próximos, que motiven, formen equipos interdisciplinarios y que crean en la comunicación como eje esencial de la relación.
Un tiempo organizacional negativo repercute de forma directa en los objetivos de la compañía, y por más invisible que pueda parecer su repercusión, el día de hoy todos y cada uno de los especialistas de management coinciden en que tarde que temprano, un mal tiempo laboral es homónimo de alta rotación, de baja productividad, incremento de la conflictividad interna y de la caída de la imagen de la marca.
La medición del tiempo organizacional va a estar muy ligada a la situación particular de cada empresa, y se va a poder efectuar mediante cuestionarios diseñados en especial para cada caso. Los rasgos generales que deben tener estos estudios son el análisis de 2 grandes esferas: la de orientación a la persona y la de orientación a los resultados. No hay encuesta de tiempo eficaz sin acciones siguientes de mejora y no hay encuesta de tiempo eficaz sin consideraciones sobre la realidad diaria del encuestado. Como una parte de la Sociedad de la información en la que vivimos, los datos lanzados por la Encuesta de tiempo no vale de nada si no se lo usa como punto de inicio de un progresivo cambio cultural.
Es, en suma, una visión global de la compañía es el de una pequeña sociedad formada por individuos interrelacionados entre sí en un propósito común que es exactamente el mismo de la compañía. Es su actitud activa y en continua evolución lo que determina la permanencia de una compañía en un mercado enormemente competitivo. Es la actitud del líder horizontal lo que garantiza un tiempo organizacional positivo y generador de nuevas ideas y acciones.