Cuando uno es padre, ve con cierta preocupación el futuro que estamos dando a nuestros hijos. Antiguamente se limitaba uno a animar a los hijos para que estudiaran, sacando buenas notas era seguro que encontrarían trabajo. En la actualidad eso no es del todo cierto, pero ¿podemos inculcar una mentalidad de emprendimiento en nuestros hijos?

Los tiempos están cambiando y muchos jóvenes que ahora están en época de estudiar, a buen seguro terminarán trabajando en unos puestos que ni si quiera existían cuando empezaron la universidad. Hay que estar preparado para ello y también ser conscientes de la utilidad que es formar a los propios hijos en el espíritu emprendedor, es como inculcarles un “software emprendedor” por así decirlo.

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Se puede trabajar para que nuestros hijos tengan capacidad como para en un futuro ser sus propios jefes y emprender sus propios negocios. Darles unas herramientas con las que de una manera u otra terminen por construir su futuro.

Lo cierto es que tenemos la costumbre durante generaciones de hacer delegación de este papel. Nos quejamos de la poca cultura emprendedora que existe en la universidad o la escuela, pero en el fondo todos sabemos que en el propio hogar familiar es donde existe la base de esa educación emprendedora. En muchas ocasiones pese a nuestras buenas intenciones nosotros somos el obstáculo principal para el desarrollo de su talento. Como decía Hugh McLeod, “todos nacemos creativos, ya que a todos nos dan una caja de lápices de colores en la guardería.

Pese a comenzar todos igual, tanto el sistema educativo como nosotros mismos que enseñamos a los niños a seguir un mismo camino tenemos la culpa en poner freno a lo que hay dentro de cada niño, sin querer se pone freno a su creatividad. Existen muchas habilidades para triunfar como emprendedor que son innatas, pero existen otras que no salen a la luz por culpa de la educación que heredamos, la cual solo se centrar en mejorar aquellas partes en la que el niño está por debajo de la media.

Debería potenciarse lo bueno que hay en él y el no hacerlo, lo único que lo que conduce es a la mediocridad y la frustración, esto desde luego que habría que evitarlo. Imaginaros un sistema educativo que contará con los padres como verdadera base de la creatividad de los hijos, muchas de esas personas que tienen ese talento innato lo sacarían a flote.

Esperemos que este artículo te haya sido de utilidad, a lo mejor sirve para que levantemos la cabeza a la hora de educar a nuestros hijos y no dedicarnos a dejar todo en manos de los profesores y la suerte. El niño debe saber las razones por las que estudia y debe conocer que el emprendimiento es una opción más que debe ser tenido en cuenta. La ilusión por crear y por trabajar no debe pararse por mentalidad cómoda. Se acabó la idea del trabajo para toda la vida en el mismo sitio. El futuro ha llegado.