Hoy hablamos de la figura de William E. Deming, un estadístico estadounidense que cambió el rumbo de todo un país.

Los nipones distinguieron  y premiaron a William Edwards Deming, un estadístico de Norteamérica difusor del término de “Calidad total”. El Emperador Horohito del país nipón, distinguió a Edwards con una Medalla que decía:

“El pueblo de el país nipón atribuyen el renacimiento de la industria Nipona y su éxito mundial a Edwards Deming”.

Obra de William Edwards Deming

No siempre Japón fue una enorme potencia. La segunda guerra mundial impactó sobre el país nipón horriblemente, una gran parte de sus urbes quedaron en ruinas debido a los ataques, sus producciones se cayeron y la cantidad de asilados y enfermedades hacía precisa la ayuda internacional para poder subsistir. Su economía estaba destrozada.

En ese entonces Deming era maestro universitario estadounidense y publicaba sus investigaciones sobre la relevancia del “control estadístico de los procesos”, al lado del término de “Calidad Total”.

Sumergidos en la ruina, múltiples científicos, directivos y profesionales japoneses, prestaron atención a las ideas de aquel hombre y lo convocaron a fin de que realizase conferencias y les diese asesoramiento sobre sus teorías.

De esta manera fue que en la mitad de aquella crisis nipona, W. Edwards Deming viaja a Japón y en uno de sus alegatos pronunció las siguientes palabras:

“Si mejoran algo sobre mismos y hacen de la calidad un logro y un estilo de vida, revertirán la economía de el país nipón en diez años. Entonces, si siguen mejorando día a día, si bien sea algo minúsculo, en 3 décadas se transformarán en un poder económico mundial”.

Sus ideas se centraron en lo que llamó “Los 14 Puntos y 7 Enfermedades de la Gerencia”. Los nipones tomaron nota y distribuyeron cada una de las conferencias de Deming, incorporaron sus consejos y se transformaron en aquel poder económico mundial que pronosticó. Su aporte fue tan esencial para los japoneses, que hoy día existe el Premio Deming, que se entrega una vez por año y es considerado el mayor reconocimiento que una compañía (no solo nipona, sino más bien del planeta)  puede tener en lo que se refiere a la calidad que ofrece.

Por mi parte, el reconocimiento no solo es para el Señor Deming, sino más bien a una cultura que en medio de la ruina absoluta supo escuchar, supo prestar atención al pensamiento de un hombre y esencialmente aplicaron los consejos, mejorando sin respiro la calidad en todo cuanto hacían.

“Mejorar un tanto cada día”

14 puntos de Deming

Ese fue el enorme consejo que marco el rumbo de los nipones, empezaron a examinar y también investigar de qué forma prosperar sus productos, sus industrias, de qué forma ser vanguardistas en tecnología, en electrónica, en comunicación, etcétera Y fue como el país nipón consiguió conquistar mercados.

“Buscar la calidad en todo cuanto hagan”

Esta fue la enorme declaración que cambio la historia más reciente de Japón, que los orientó y les dio esperanzas no solo para salir de aquella crisis, sino para dar vuelta su destino y transformarse en una enorme potencia mundial.

Si solo te pones la meta de progresar algún área de tu vida un 1 % diario, a los trescientos sesenta y cinco días, habrás conseguido un desarrollo personal exponencial. Quizá puedas trabajar en algún hábito perjudicial, o bien en adquirir conocimientos en un área concreto, o bien en múltiples, mas por medio de pequeñas metas cada día.

Si una nación pudo ponerse conforme para conseguirlo, solo resta hacer un acuerdo contigo, percibir las palabras de Deming y avanzar hasta despegar todo tu potencial.

“Mejora un 1 % día tras día, busca la calidad en todo cuanto hagas y vas a sentir la satisfacción del objetivo alcanzado, que te proseguirá impulsando cara adelante”.

En ocasiones el ser humano, para conseguir lograr grandes objetivos, en primer lugar debe ganar pequeñas batallas, en general, contra si mismo.